martes, 16 de marzo de 2010

El Rey


Elvis está vivo, me lo dijo un amigo, cuando el sol empezaba a caer...

Así comienza una canción de Andrés Calamaro. Si está vivo o no, nunca lo sabremos. Pero desde luego Graceland, que es su finca en Memphis, su casa de toda la vida (la compró con 22 añitos...), está vivita y coleando. Miles de personas la visitan a diario y es lugar de peregrinaje para los "Nominators", esos frikis que se visten de Elvis, cada aniversario de su muerte.

Ayer tuve la oportunidad de visitarla. Todo un homenaje a la ostentosidad. Cada salón con una barra de bar, pantallas de televisión por todas las paredes, espejos, esculturas imposibles, dorado por aquí y por allá...Ahora eso sí: premios y discos de oro, platino y demás por todas partes...Y sus trajes ¿cómo no? Esos trajes sencillos, de campana y pecho al descubierto, con su capita y sus miles de lentejuelas o piedras colgadas...Por no mencionar el museo de coches: 2 Roll Royces personales, un par de Cadillacs, un Ferrari y otros tantos coche de superlujo y motos. Y por supuesto sus dos aviones privados: una avioneta y un avión, que a mi me pareció del mismo tamaño que el que hace el recorrido Jerez - Madrid, es decir, un avionaco, vamos.

Las fotos de él que adornan todo el museo hablan mucho, muchísimo, de sus etapas. La etapa juvenil, con un Elvis que se salía del pellejo, sonriente y alegre, dista mucho de su última etapa, después de su divorcio...un hombre deprimido, sudoroso, con unos kilitos de más y cantando con la mirada ida y una desgana que causa congoja al verlo.

Murió con 42 años. Lo tuvo todo, pero no fue capaz de bailarle el rock´n roll a las drogas. En la parte de arriba de su casa, en su habitación, fue descubierto desplomado en el suelo, en agosto de 1977. Pero esa habitación, precisamente esa, es la única parte de la casa que no se puede visitar...

miércoles, 10 de marzo de 2010

Adios Montpellier, Hola Memphis

Parece el titular de una acto inaugural de los JJ.OO. pero así es...

Vuelvo a retomar el contacto con las teclas de este ordenador para escribiros en mi piedra cuadrá. Y lo hago nada más y nada menos que desde el estado de Tennessee (como aquel grupo español de los 80), desde la ciudad de Memphis.

Es mi primera vez en los Estados Unidos y todo está yendo fenomenal. Desde el Hospital hasta los compañeros que tengo aquí. Y eso que en Montpellier, también dejo amigos que continuan su labor estudiando y trabajando, para mejorar las vidas de los niños enfermos.

Este hospital es bastante más grande y vive de las donaciones.

Os cuento.

Lo fundó un cómico y presentador de la TV estadounidense llamado Danny Thomas. Este hombre tenía una frase que aquí acuñan en todos los logotipos del hospital "Ningún niño debe morir en el amanecer de su vida". Con esta premisa, contactó con sus amistades, empresas y demás para fundar el hospital de St. Jude, en honor de San Judas Tadeo, patrón de las causas perdidas, como ya sabéis. Así, se cuenta como anécdota, que Thomas empezó a construir el hospital con sólo 51 centavos, que es completamente cierto, puesto que los 51 centavos están enterrados bajo la estatua de San Judas Tadeo que hay a la entrada del hospital.

El hospital está financiado 100% gracias a donaciones. Y es increíble. Se calcula un gasto diario en investigación y mantenimiento de 1.4 millones de dólares...

No veas la que lió este Danny Thomas...Actualmente es el hospital de referencia de la oncología pediátrica en el mundo. Aquí hay oncólogos, biólogos moleculares, bioquímicos, cirujanos y muchos más científicos de todo el mundo, trabajando y mejorando la supervivencia del cáncer infantil de casi un 4-5 % en los años 70 a un 80-90% en la actualidad, generalizando todos los tipos, por supuesto.

Ya os iré contando más cosillas de por aquí, pero nada más ver la buena voluntad y las sonrisas de la gente cuando pasa por tu lado, currando desde las 7 de la mañana (hora a la que yo no había entrado en un hospital en mi vida...)hasta el final del día. St. Jude es otra historia, otro mundo, pero gracias a gente como esta, millones de niños en todo el mundo se benefician y pueden tener la vida que se merecen.

Aquí os dejo algunas fotillos de este hombre, que con sólo 51 centavos en el bolsillo, ha sido capaz de dejarnos un legado científico, y por supuesto quirúrgico, imborrable.