Recuerdo cuando era niño, cómo mi hermano Chano comentaba no se qué de un pasodoble fantástico que se había cantado en el Falla. Era de un autor nuevo, un tipo al que nadie conocía. El pasodoble hablaba de la droga, comparándola con una selva y animales. Lobo. Así comenzaba.
Con el tiempo el nombre de aquel autor enigmático al que nunca nadie veía ni siquiera en el Diario, se fue agrandando. Antonio Martínez Ares.
Recuerdo en Salesianos, esperando los primeros compases de sus pasodobles que sonaran por la noche en la radio, para al día siguiente comentarlo y cantarlo con los compañeros de clase. Qué bonito es ser niño en Cádiz...
Recuerdo en la playa, cantando sus pasodobles y sus presentaciones alrededor de una guitarra y buenos amigos.
Recuerdo haberle cantado a Mari y ahora a Carmen, algún pasodoblito o alguna estrofa de popurrí.
Y ahora, Antonio Martínez Ares, nos sorprende publicando su biografía "Entre lo divino y lo humano", que por curiosidad y por la admiración que despertó en mí en su etapa de autor, he leído.
Indudablemente no deja de ser un "divo" más del Carnaval, y así se refleja él mismo en esas páginas. Pero también he leído la historia de una persona que perdió mucho por culpa de él mismo y del Carnaval. Y me ha gustado saberlo.
Ojalá esa mente inquieta y creadora, nos vuelva a sorprender un año con otra buena agrupación.
domingo, 16 de enero de 2011
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