domingo, 21 de septiembre de 2008

Ya no tenemos edad

Hay cosas para las que ya no tenenemos edad. Lo digo con toda la sorna del mundo, porque tenemos un amigo que eso es lo que dice cuando surgen determinados planes pandilleros.

Y eso es así.

Verán por qué les digo esto. Ayer, diez individuos de entre 25 y 30 años, planearon, al detalle (bueno, al detalle, gracias a Alejandro que se curra todos los viajes un montón), una incursión de un día de duración en el famoso AQUALANDIA de Benidorm. Un parque acuático muy bonito y bien pensado para niños y adultos.

Tan sólo unos cuantos matices:

1. Es curioso. Resulta que si, por internet, te imprimes un boleto de descuento pues te sale la entrada a 17 €. Si no, si por casualidad, no viste ese boleto o eres guiri (muy probable, tratándose de Benidorm), pues pagas 25€.

2. Es asqueroso. Resulta que vas andando por un parque entero con los pies húmedos: sin chanclas o si vas con chanclas, van mojadas. Asqueroso. El virus del papiloma humano tiene que estar empadronado en este Aqualandia. Digo yo.

3. Es peligroso. Resulta que hay dos atracciones en las que, si tienes afecciones cardíacas, mejor ni las veas de lejos. Son dos tubos, uno amarillo y otro azul (mira tú, del cádiz, qué arte), que escupen a las personas hacia abajo, en un ángulo muy, muy vertical. Tanto que llegan a despegar la espalda del tobogán y se sienten en el aire. Hablo en 3ª persona, porque como comprenderán ustedes yo no me monté. Demasiados sustos tengo ya con el Cádiz to los domingos como para perder pelo en este tipo de agresiones físicas.



4. Tienen patatas con sabor a pescado. Popularmente conocidas como fish & ships. ¿O no?

Y al final llegas a la conclusión, de que no tienes edad para estas cosas. ¿Por qué lo digo? Pues porque acabando de comer, ya nos habíamos montado en todo, estábamos mojados, destrozados y psicológicamente mermados. Y pasó lo que tenía que pasar.



La foto es de Alejandro que tuvo la sangre fría para levantarse de la siesta y hacerla.

Una siesta tremenda en el cesped (si se le puede llamar así). A la sombrita. Un placer para el cuerpo. Un placer que no sabes valorar cuando eres crío. Y claro, nos levantamos de la siesta y pa casa. Ya no había fuerzas para mucho más. Un par de "pistas blandas" (con coreografía incluida) y algún "black hole". Nada. Para casa.

Y el que les escribe, para colmo de los males, hoy, malo con la garganta como si tuviera un puñados de cristales en todo el gaznate. Algo de febrícula y ojos vidriosos. Nada grave, pero sí un catarrazo del quince, que me tendrá a base de Ibuprofenos y sin fumar un par de días.

Para acabar, les dejo con una imagen de una de las entrañables atracciones de Aqualandia. Una pequeña tirolina inofensiva que se encuentra a unos tres metros de altitud del agua de la piscina que hay por debajo. No dejen de verlo. Un placer visual.




3 comentarios:

Ful dijo...

Así vamos a levantar España, acottaícos durmiendo la siesta, así no sacamos al país de la crisis...

Anónimo dijo...

y que lo digas, vaya tela

Paul Spleen dijo...

Hola, amigos. Soy el tercer energúmeno empezando por arriba a la izquierda, el de la camiseta en la cara. Debo decir que esa siesta supo a gloria bendita.