Quiero que hoy sepáis que hay motivos para la esperanza. Hay días extraños en los que todo se ve gris, gris oscuro, gris claro, gris plomizo, gris tirando a negro. Pero también hay días, muchos, en los que todo se tiñe de un cielo azul-Cádiz, precioso, precioso.
Con sólo una mirada de esperanza, hay gente que te alegra. Los que están a tu lado y para los que tú trabajas. Jamás ver cómo sale pelo de la cabeza de alguien, me había dado tanta esperanza. Y es algo que agradezco a la vida, y a la bendita quimioterapia, que se funde lo que no podemos los cirujanos.
Hoy, hay motivos para la esperanza.
sábado, 17 de enero de 2009
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