sábado, 6 de junio de 2009

El Petiso Orejudo

El vuelo fue bien. Llegamos a Ushuaia a la hora prevista. Ahora sí, el aeropuerto es pa verlo. Una pista de aterrizaje en medio del mar...y nada más. Mari no podía DE creérselo.
El hotel Tierra de Fuego donde estamos está muy céntrico y con buenos servicios. Lo mejor es el recepcionista, llamado Daniel y asturiano. Sus padres y familia son todos asturianos y él mismo nació en un pueblo cerca de Navia. Nos contó varios sitios para ir a comer a buen precio y lo que debíamos ver.
Y por la tarde, aprovechamos y fuimos al Museo de Ushuaia. El museo está emplazado sobre la antigua cárcel-presidio de reincidentes. Para sintetizar: a finales del diecinueve, Argentina se peleó con Chile sobre a quién correspondía la isla de Ushuaia. Bien, Argentina sostuvo que como ellos tenían más población a la que albergar, les correspondía a ellos. Y así fue, con ese sencillo razonamiento, como los argentinos se quedaron con estas tierras. Y claro, para justificarlo, decidieron enviar personas a este confín del mundo, donde las condiciones climáticas todo el año son durísimas y las comunicaciones (en aquella época), malísimas. Sólo podían venir por barco (el barco venía cada 2 ó 3 meses). No había aeropuerto ni carreteras. Así que las únicas personas que podrían venir a vivir aquí, serían personas enviadas, a la fuerza. Presos. Entonces se decidió la construcción de un presidio para los convictos más peligrosos. Aparte de alejarlos de la ciudad, los tendrían incrementando la población de este recóndito lugar.
La prisión tiene 5 pabellones. El pabellón número 4 es el de los homicidas, donde te cuentan la historia (espeluznante) de varios buenos hijos de puta que acabaron sus días allí. Un ejemplo es el del Petiso Orejudo, que se dedicaba a ahorcar niños de entre 18 meses y 5 años...Sus propios compañeros de presidio, le dieron una paliza mortal.
Bueno, no sólo fue eso lo que vimos. Las otras partes de la cárcel las han remodelado y han hecho unas fabulosas salas de exposición de arte y de animales disecados antárticos. También hay un museo naval dentro de la prisión, con una imitación del Faro del Fin del Mundo, que Julio Verne nos contó.
Para acabar, anoche probé la Merluza Negra, un plato muy típico de aquí, y realmente delicioso. Un abrazo para todos.
PD. Nos dijeron que se están avistando las primeras Ballenas en Península Valdés, adónde vamos mañana. Qué nervios.

3 comentarios:

ainhoa dijo...

Uffff vaya visitita la vuestra
...se me ponen los pelos de punta...jo!!!que guai ballenas...me encantaria estar ahi con vosotros y no solo por ver la ballenas ¿eh? aunque....jajajaja...que disfruteis muchísimo....besazos a los dos.

Paul Spleen dijo...

Qué buen viaje, pardiez. ;o) El otro día iba yo en el barco de La Gomera a Tenerife y vi un grupo de ballenas piloto que nadaba hacia el norte. Impresionante. A ver si tenéis suerte. Un besote.

Inma dijo...

voy a dejar de escribirte comentarios, pero esque me he enganchado a leerte esta mañana hijo...cuando vengais vamos al meson de las americas y por lo menos me imagino alli mientras me lo contais jajaja q wayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy